Uno de los temas más estudiados de la historia es la adquisición de lenguaje. Skinner (1957), pionero en este campo, nos explica cómo en los primeros meses de vida, nuestros hijos reproducen todos los sonidos de todos los idiomas y son los padres los que reforzarán selectivamente aquellos correspondientes a su lenguaje nativo. Este refuerzo selectivo da como resultado la selección de palabras. Por ejemplo, el niño pide agua y lo refuerzan dándole lo que ha pedido.
Otro aspecto clave para el desarrollo del lenguaje es la imitación, que se crea con la interacción social y que va ligada al entorno, cultura y ambiente, dando sentido a la creación del lenguaje.
Para poder explicar la adquisición de lenguaje, es importante tener presente los siguientes conceptos:
- Voz: El sonido que hacemos cuando el aire de nuestros pulmones pasa a través de los pliegues vocales en la laringe haciéndolos vibrar
- Habla: Es la acción de hablar que involucra la acción muscular y la coordinación de los labios y quijada, reproduciendo sonidos que hace que se forme el lenguaje
- Lenguaje: Permite que las personas se puedan expresar de manera lógica e incluye la parte oral, que es la reproducción de palabras, y no verbal, que incluye gestos, sonrisas y miradas
- Comunicación: Transmisión de un mensaje con diferentes formas de expresión, y que involucra un emisor y receptor
¿Cómo se inicia el lenguaje infantil?
- De 0 a 6 meses:
En esta etapa por lo general van haciendo lo posible para comunicarse con los adultos tratando de emitir sonidos o balbuceos (la antesala de las palabras) de esa manera llaman nuestra atención. En ocasiones estos sonidos se mezclan con llantos, eso junto con gestos, miradas y sonrisas (lenguaje no verbal) serán sus formas de expresión.
En estos primeros meses reconocerán la voz de su madre, después, sobre el quinto mes, descubren los sonidos del espacio que los rodea, creando más interacción. Debemos recordar que no todos los bebés emiten los mismos sonidos y que cada uno avanza a su ritmo. Es importante estar atentos a su interacción, por ejemplo, si sonríe o muestra alguna respuesta cuando la madre le habla y, si hay ausencia de respuesta, consultar con un pediatra.
- De 6 a 12 meses:
Empiezan a buscar más interacción y aparecen más solicitudes: con sus dedos señalan todo lo que les gusta o quieren, con sus manos empiezan a saludar y despedirse. Hay más intención en querer pronunciar ciertas palabras y es, también en esta etapa, cuando muestran interés por los animales, coches, etc., dando pie a la imitación de sus sonidos.
En esta etapa puede llegar a entender alrededor de 50 palabras y comprenden mejor lo que el adulto les quiere comunicar, asintiendo con la cabeza aquello que están entendiendo. Tanto los padres como los cuidadores, al observar esta dinámica, empezamos a hacerles más preguntas creando en los bebés mayor interés en el aprendizaje.
En este proceso cada niño ira desarrollándose poco a poco y a su ritmo. Es importante observar el contacto visual, si ha desarrollado gestos orientados a la comunicación, si imita alguna silaba y si comprende indicaciones simples. En caso contrario, es recomendable consultar con un especialista.
Una forma de reforzar el lenguaje es a través de los juegos, canciones y cuentos, ya que los bebés van guardando toda esta información que viene acompañada de muchas emociones. Van desarrollándose y cada vez todo se va volviendo más interesante para ellos, descubren su mundo y sus ganas de hablar se van acentúan.
- De 12 a 18 meses:
En esta etapa el lenguaje se relaciona más hacia el objeto, aquí empiezan a decir que todo es “MIO”. Aparece el juego funcional y simbólico, como las cocinitas. Juegan a ser superhéroes y les nace la curiosidad por saber los nombres de los objetos, así tienen un mayor abanico para jugar, es un mundo de imaginar y crear.
Al igual que están aprendiendo a decir nuevas palabras, puede pasar que no las digan correctamente. Para corregirlas, lo haremos diciéndoles sólo una vez cómo se dice correctamente, sin darle más importancia.
En esta etapa su lenguaje aumentará hasta, aproximadamente, unas 250 o 300 palabras. Su lenguaje irá variando y empezarán a formar oraciones cortas. Podemos reforzarlo leyéndole cuentos, jugando o cantando, será una manera de estimular su expresividad.
- De 24 a 36 meses:
A esta edad ya van sintiendo mayor seguridad y firmeza en su lenguaje, lo quieren saber todo y se vuelven maestros de las preguntas. A todo le pondrán un ¿por qué? o un ¿qué haces? Sus oraciones suelen ser más largas, ya les agregan verbos, pronombres y van teniendo más sentido y la pronunciación de palabras es cada vez mejor.
Es bueno involucrar a los niños en actividades de casa, en base a su edad y desarrollo, así fomentamos el lenguaje describiendo la acción que vamos a realizar, estimulando así la parte cognitiva y su autonomía.
La adquisición de lenguaje es una etapa muy importante en el desarrollo de nuestros hijos y podemos acompañarlos fomentándola y estimulándola.
