¡Que no te den miedo las pesadillas!

Entre los 18 y 24 meses es normal que aparezcan las pesadillas nocturnas. Sabemos que el sueño es un tema especialmente sensible para las familias con niños de 0 a 3 años y la aparición de pesadillas puede dar un poco de respeto. La primera buena noticia que te vamos a dar es que desaparecerán a medida que crezcan, habitualmente entre los 4 a los 5 años.

Las pesadillas son una parte natural del desarrollo infantil y están ligadas a su maduración: nuestros hijos crecen y van adquiriendo mayor autonomía, sus habilidades comunicativas se van desarrollando y aumenta su imaginación. Estos episodios suelen darse alrededor de la segunda mitad de la noche, cuando el niño está en la fase de sueño REM, momento en el cual la actividad cerebral aumenta (es fácilmente identificable porque sus ojos se mueven rápidamente bajo los parpados). En este momento aparecen los sueños y, claro, también las pesadillas.

A pesar de ser una etapa natural, hay algunos factores que pueden ser desencadenantes de estos episodios, por ejemplo, unos horarios de sueño irregulares, la fiebre, algunos medicamentos, el uso de pantallas o situaciones de miedo o enfado que hayan podido vivir durante el día o justo antes de acostarse. Pero recordad: las pesadillas son parte del desarrollo y son, sólo, una etapa más.

Entonces ¿podemos hacer algo para evitarlas? Como en todo, en la crianza no hay soluciones mágicas, pero en la escuela Happy Way tenemos algunos truquitos que os pueden ayudar a sobrevivir mejor esta fase:

  • Es importante tener una rutina de sueño adecuada para que vayan a dormir estén más calmados
  • Los niños lo perciben todo, por eso la calma de los adultos en estos momentos juega un rol importante
  • Cuando deba tomar un medicamento es importante leer la prescripción para estar preparados ya que algunos producen pesadillas
  • Observad en qué momento empiezan las pesadillas ya que, si sabemos que se dan a una hora determinada, podremos anticipar la situación para despertarlos unos minutos antes de que suceda (siempre de una manera tranquila) y así podrán volver a dormir relajados sin pasar por un mal rato
  • Cuando las pesadillas tengan lugar, nos pondremos a su lado en silencio e interactuando lo menos posible. De este modo los acompañamos y sostenemos para que sepan que estamos allí y puedan volver a dormir
  • Para llegar a la hora de ir a dormir lo más tranquilos posible, evitaremos el uso de juego demasiado estimulantes y, por supuesto, nada de usar pantallas
  • Aunque las pesadillas son algo natural pueden ser un problema por la alteración del sueñ. Para alterar su descanso lo menos posible, es mejor mantenerlos en su cama y, desde ahí, acompañarlos.  Pasarlos a la cama de los padres puede crear un hábito que después sea difícil eliminar.

Ánimos familias que, como todos los retos que habéis superado, esto también pasará. Felices sueños a todos. Shhhhhh…

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