Rabietas: aprendiendo a entenderlas y a gestionarlas

A medida que nuestros hijos crecen y adquieren mayor autonomía, surgen las temidas conductas desafiantes, sobre todo alrededor de los 20 meses. Este proceso natural se da por distintos factores y va asociado a los cambios intelectuales, emocionales y sociales. Los niños empiezan a ganar conciencia de si mismos y de su “yo” independiente. Querer hacerlo todo por ellos mismos y la etapa de negación suceden para desarrollar su individualidad. Muchos expertos llaman a esta etapa como “la adolescencia de los bebés” y suele culminar alrededor de los 4 años, momento en que comienzan a comprender mejor sus emociones y a expresarse adecuadamente.


Es habitual, en esta etapa, que lo que quieren un día, al siguiente ya no. Todas estas conductas son naturales y necesarias para el desarrollo infantil. Sobre los dos años, descubren aquello que son capaces de hacer por si mismos, lo quieren probar todo, pero a la vez son dependientes de los padres. Poco a poco irán comprendiendo que existen determinadas reglas y límites.
A veces nos puede parecer que nos desafían con algunas conductas, lo que sucede en realidad es que aún no saben cómo controlar y expresar sus emociones. Si empezamos a observarlos con una mirada distinta, podremos darles herramientas para que aprendan a gestionar mejor determinadas situaciones.
Otra cosa que sucede en esta etapa es que, al empezar a adquirir autonomía y nuevos conocimientos, también se vuelven más conscientes de sus deseos y eso puede generar frustraciones.
Es comprensible que nos invada el enfado al ver las conductas inadecuadas en nuestros hijos y muchas veces llegamos a responder con castigos, pero es importante saber que de ese modo no les estamos dando herramientas para gestionarse mejor. La empatía y la paciencia tienen un gran peso en esta etapa, sólo así podremos brindarles estrategias adecuadas para gestionar sus emociones sin la necesidad de ceder o reforzar una rabieta.

Cada niño tiene su propio temperamento e irán evolucionando y reaccionando en base a ello y a su estilo de crianza.

Tips Happy Way para gestionar rabietas:

  • Validemos sus emociones
  • Ante una situación de tensión, es importante mantener la calma y el tono de voz y que ambos padres estén alineados, así el niño solo recibe una única información
  • Cuando un niño llora está liberando su frustración por lo que será necesario darle ese tiempo de llanto (el adulto responsable siempre a su lado), un espacio seguro, sosteniéndolo, sin retiramos del lugar. Les diremos que estamos ahí para apoyarlo
  • Mantenernos en calma y ser empáticos, no implica ceder ante lo que nos esté pidiendo en una rabieta, sino que con esa misma paciencia mantendremos los límites
  • Recordemos que los niños aún son muy pequeños y ante una situación de crisis, hacerle preguntas o tener una larga discusión no servirá ya que su capacidad de atención no se lo permite. Es mejor esperar a estar en clama y hablar con palabras sencillas y frases cortas
  • Para explicarle mejor la situación esperaremos a pasar la rabita ya que en el momento de la crisis será más complicado que lo entienda. Después le ofreceremos alternativas, un abrazo (si lo necesita) y validaremos y pondremos nombre a sus emociones para que pueda aprender a expresarlas
  • El “no” es una palabra que los niños deben aprender a reconocer, pero sin abusar de ella. Si en casa no queremos que toquen ciertos objetos, podemos redirigir la conducta hacia otra acción en lugar de usar siempre el NO
  • Algunas de las rutinas que deben seguir nuestros hijos pueden llegar a parecerles pesadas o cansadas (lavarse los dientes, recoger los juguetes, ir a escuela, etc.). Podemos hacerlas a modo de juego, acompañarlas de canciones, etc. Así se irán adaptando con más facilidad
  • También es importante anticiparnos para evitar situaciones que generen frustración, si ya saben lo que vendrá para ellos es más fácil organizarse mentalmente
  • Observación: fijarnos bien en qué momento se dan ciertas conductas desafiantes o berrinches y cómo de frecuentes son nos ayudará a descubrir qué les está molestando y así darle los recursos necesarios
  • En el momento de una rabieta, debemos darles espacio, decirles que cuando se calmen los apoyaremos, nos mantendremos en el lugar para asegurar que nada les ocurra, trataremos de evitar el contacto visual para no dar atención a una conducta inadecuada
  • Cuando aún son muy pequeños, para liberar el enfado podemos proponerles que den palmas o rujan un león, eso les ayudará a ir liberando emociones
  • El arte es un aliado: a los niños les cuesta expresar sus emociones, por ello un recurso importante es el arte ya que los ayuda a canalizar y proyectar sus emociones. Pintar, inventar un cuento que incluya su historia y vivencias (le estamos dando pautas respecto a las emociones), etc.

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