Durante los seis primeros meses de vida, los expertos recomiendan exclusivamente la leche materna (o en su defecto leche de fórmula) ya que aporta los nutrientes necesarios para nuestro bebé. Pasado este tiempo, empezamos a introducir nuevos sabores y texturas y, como es natural, nos surgen muchas dudas.
En el proceso de introducir alimentos, cada bebé se adapta a la propuesta de alimentación de su familia. Irán probando distintos alimentos y puede que en algunas ocasiones pierdan el apetito. No os preocupéis, es normal y transitorio. Durante esta fase de experimentación, los bebés empiezan a mostrar interés por la comida que van viendo y oliendo a su alrededor.
La Asociación Española de Pediatría aconseja ir introduciendo, paso a paso, todo tipo de frutas y verduras y recomiendan que, alrededor de los 12 a 24 meses, ya hayan probado casi todos los alimentos posibles. En este enlace encontrareis más detalles.
En esta etapa, los peques aprenden cosas nuevas cada día y van adquiriendo autonomía. Ese mismo espíritu hace que, a la hora de comer, muestren curiosidad e interés por comer solos y explorar los alimentos con las manos.
Hay que tener presente que, a medida que vayamos invitándoles a probar distintos sabores, puede que no quieran ciertos alimentos. No significa necesariamente que no les guste, debemos recordar que para ellos todo es nuevo: texturas, sabores, olor, color, etc. Debemos darles la oportunidad de ir descubriendo los alimentos, ofreciéndoseloos en diversas ocasiones y con mucha motivación.
Algunas pautas que damos a las familias de nuestras escuelas infantiles: