El último fin de semana de octubre (del 25 al 26) cambiaremos al horario de invierno. A las 3:00 de la madrugada, los relojes volverán a marcar las 2:00. ¡Una hora más de sueño! Pero ¿también para los peques? Las familias con bebés o niños pequeños sabemos que su reloj interno no entiende de cambios horarios.
Durante unos días, es habitual que los peques estén algo más irritables, se despierten antes o tengan más dificultades para conciliar el sueño. En nuestras escuelas infantiles lo vemos cada año: el cambio de luz, la disminución de horas de sol y las rutinas alteradas pueden influir en su descanso y en su estado de ánimo.
El cuerpo de los niños, especialmente entre 0 y 3 años, funciona con un reloj biológico muy sensible, conocido como ritmo circadiano. Este regula los ciclos de sueño, alimentación y energía a lo largo del día. Cuando retrasamos los relojes, la luz solar llega más tarde por la mañana y anochece antes. Esto altera la producción natural de melatonina, la hormona del sueño. Como resultado, los niños pueden sentirse más somnolientos durante el día o tener dificultades para dormirse por la noche.
Además, los más pequeños todavía están desarrollando su capacidad de autorregulación emocional. Por eso, un cambio pequeño en sus rutinas puede afectar su humor, apetito o concentración durante algunos días. Pero tranquilidad: es un proceso transitorio. En pocos días, su organismo se adapta de manera natural. La clave está en acompañarlos con calma, anticipación y mucho cariño.
Desde Happy Way, como especialistas en la etapa 0-3, te compartimos algunas estrategias sencillas que ayudan a suavizar este proceso:
Cada niño reacciona de manera diferente. Algunos apenas notan el cambio; otros pueden mostrarse más cansados o sensibles. Incluso puede verse afectado su apetito o sus siestas. Lo más importante es mantener la calma. No fuerces los horarios; deja que su cuerpo marque el ritmo. En pocos días, su reloj biológico se sincronizará con el nuevo horario.
Recuerda: en esta etapa (0-3 años), los niños están desarrollando su capacidad de adaptación y autorregulación emocional. Por eso, cada experiencia de cambio, incluso una tan pequeña como esta, es una oportunidad para aprender juntos.
El cambio de hora puede alterar el descanso de los más pequeños durante unos días, pero también puede ser una oportunidad para reforzar las rutinas familiares y enseñar a nuestros hijos a adaptarse a los cambios. Con una dosis extra de paciencia, un poco de anticipación y el acompañamiento emocional que necesitan, los peques recuperarán su equilibrio en pocos días.
En Happy Way acompañamos cada etapa del desarrollo infantil con conocimiento, cariño y respeto por los ritmos individuales. Porque entendemos que cada hora de sueño y cada rutina cuenta en el bienestar integral de los primeros años.